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Al pasar revista sobre 2023 y comenzar este nuevo año, la Alianza para la Protección de la Niñez y Adolescencia en la Acción Humanitaria está sumamente preocupada por las devastadoras consecuencias que tienen con cada vez mayor frecuencia los conflictos armados, las emergencias climáticas y los desastres derivados de los peligros naturales para la niñez y la adolescencia de todo el mundo.

El drástico aumento de la magnitud y la intensidad de los conflictos armados y el auge de las violaciones del derecho internacional humanitario y el derecho internacional de los derechos humanos durante 2023 han tenido efectos devastadores en los derechos de la niñez y la adolescencia, incluyendo su derecho a la protección. Uno de cada cinco menores de todo el mundo vive o está huyendo de zonas de conflicto . El desplazamiento forzoso ha sido más prevalente que nunca en 2023 y el 41 % de la población desplazada fue menor, a pesar de constituir solo el 30 % de la población mundial. Debido a la naturaleza prolongada de los conflictos, la mayoría pasarán toda su niñez y adolescencia desplazados.

Los menores son víctimas de mutilaciones, asesinato, reclutamiento y utilización por parte de las fuerzas y grupos armados, secuestro y violencia sexual. Por otro lado, los grupos y fuerzas armadas atacan servicios e infraestructuras esenciales, como los hospitales y los centros educativos, o los utilizan con fines militares, a la par que se impide de forma deliberada la prestación de ayuda humanitaria necesaria para la supervivencia. Las repercusiones sobre la salud física, emocional y mental que tienen estas violaciones sobre la niñez y la adolescencia son devastadoras a corto plazo y, si no se resuelven, supondrán un impedimento a su correcto desarrollo a largo plazo.

El Informe de 2023 del Secretario General de las Naciones Unidas sobre los niños y los conflictos armados reveló las mayores cifras registradas hasta la fecha de violaciones graves verificadas contra la niñez de 2022. La mayor parte de ellas ocurrieron en República Democrática del Congo, Israel y el Estado de Palestina, Somalia, Ucrania y Siria.. Los ataques a centros educativos y hospitales aumentaron en un 112 % y el reclutamiento y la utilización de los menores por fuerzas y grupos armados creció un 21 % en comparación con el año anterior. Debido al estallido o a la escalada de diversos conflictos durante 2023, sobre todo en Sudán y en la Franja de Gaza y Cisjordania, inclusive Jerusalén Oriental es muy probable que el número de violaciones contra la niñez sea mayor este año. Es más urgente que nunca erradicar y prevenir las violaciones graves contra la niñez y la adolescencia y garantizar que quienes las cometen rindan cuentas.

Puede obtener más información y recomendaciones específicas sobre la niñez y la adolescencia afectadas por los conflictos armados en el anexo técnico.

La actual guerra en Gaza es el conflicto más mortífero para la niñez y la adolescencia de los últimos tiempos.

Solo en el primer mes, el número de menores asesinados en Gaza fue diez veces mayor que en todo el primer año de la guerra de Ucrania . La niñez, la adolescencia y sus familias no tienen ningún lugar seguro al que acudir, ya que Israel sigue bombardeando las zonas que habían designado como seguras. Los menores sufren mutilaciones y lesiones y tienen un acceso muy limitado a asistencia médica o a cuidados. Más de 10 menores al día pierden alguna extremidad, lo que acarrea consecuencias permanentes para su salud física y mental. La niñez y la adolescencia que reside en Gaza padece una acuciante inseguridad alimentaria y está en riesgo de hambruna. Los tres meses de continuos bombardeos y restricciones a la ayuda entrante en Gaza han sido un caldo de cultivo óptimo para el aumento exponencial de la malnutrición, y el acceso a los alimentos y al agua es sumamente limitado.

El derecho internacional prohíbe terminantemente cualquier uso de la inanición como método de guerra, que tiene repercusiones letales para la niñez y la adolescencia. Necesitamos un alto el fuego inmediato para salvar las vidas de la niñez y la adolescencia y protegerlos del impacto del conflicto a largo plazo.

La niñez y la adolescencia tienen derecho a un entorno seguro y a un medio ambiente sano, pero la crisis climática es incesante.  Durante 2023, los desastres provocados por el clima han seguido aumentando en magnitud, frecuencia e intensidad y suelen ocurrir en contextos ya plagados de inestabilidad y conflicto. Ya sea a causa de las catastróficas inundaciones de Libia, la migración y el desplazamiento causados por el clima, los conflictos y la pobreza o las rutas de extrema peligrosidad como la frontera entre Estados Unidos y México, los menores siempre son los más perjudicados, a pesar de ser quienes menos han contribuido al cambio climático.

Los devastadores terremotos de Siria, Afganistán, Türkiye y Marruecos han sacudido con violencia las vidas de los menores y sus familias. A los mecanismos de protección social, ya saturados por la pandemia mundial y por otras crisis, cada vez les cuesta más colmar las crecientes necesidades de los menores más vulnerables y de sus familias.

La vulnerabilidad económica provocada por la falta de medios de subsistencia sigue siendo uno de los principales motivos por los que aumentan los riesgos de protección de la niñez, como la trata, el trabajo infantil, el abandono, el malestar psicosocial, el maltrato físico y emocional, el matrimonio infantil, la separación familiar y su reclutamiento y utilización por las fuerzas o grupos armados.. La falta de fondos durante 2023 derivó en grandes recortes en la asistencia alimentaria de las poblaciones vulnerables de todo el mundo, lo que exacerbó las causas subyacentes a los riesgos de protección de muchos niños, niñas y adolescentes. Por ejemplo, desde que el valor de los cupones para alimentos para refugiados en Cox’s Bazaar (Bangladesh) se redujera en un tercio en la primera mitad de 2023, se ha registrado un aumento del abandono y el trabajo infantiles, la violencia de género, la violencia doméstica, el reclutamiento de niños por grupos delictivos, la trata y la tensión entre las comunidades refugiadas y de acogida.

Cada vez más personas se ven obligadas a huir de los conflictos, la violencia y los desastres provocados por el clima, por lo que en 2023 se alcanzó una cifra récord de personas desplazadas forzosamente, que ahora es superior a 114 millones. La niñez y la adolescencia afectada por el desplazamiento forzoso y la apatridia corren un riesgo mayor de sufrir violencia, abandono, abuso y explotación.

En Sudán, donde ha tenido lugar la mayor crisis de desplazamiento infantil del mundo desde que comenzara el conflicto en abril de 2023, los menores no acompañados y separados de sus familias son aún más propensos a que los recluten las partes del conflicto. Los datos disponibles sobre algunas de las rutas migratorias más peligrosas del mundo sugieren que un número mayor de menores no iban acompañados o habían sido separados de sus familias o cuidadores en 2023. Más de 11 600 menores cruzaron la ruta del Mediterráneo central hasta Italia sin sus progenitores o tutores legales entre enero y mediados de septiembre de 2023, lo que implica un aumento del 60 % con respecto al mismo periodo del año anterior. En 2023 y en comparación con 2022, se multiplicó por siete el número de menores que cruzó el Tapón del Darién una selva remota y peligrosa situada en la frontera entre Colombia y Panamá Las cifras de menores no acompañados y separados también fue mayor. Sin el amparo de sus familias o cuidadores, la niñez y la adolescencia corre un mayor riesgo de sufrir explotación, maltrato y abandono, reclutamiento por fuerzas y grupos armados, migración en condiciones peligrosas, trabajo infantil, violencia de género y ausencia de escolarización durante periodos prolongados, además de una alta probabilidad de no volver a la escuela.

Puede obtener más información y recomendaciones específicas sobre menores no acompañados y separados de sus familias en el anexo técnico.

El descomunal aumento de las violaciones de derechos y los abusos de la niñez y la adolescencia durante 2023, sobre todo en lo concerniente a la protección, es alarmante. La niñez y la adolescencia, es decir, las personas menores de 18 años, constituye un grupo de titulares de derechos independiente, que goza de una serie de derechos adicionales dispuestos en la Convención sobre los Derechos del Niño y sus Protocolos Facultativos , pero estos se están vulnerando cada vez más de forma flagrante e impune. En la actualidad, esto repercute de forma desmesurada en sus derechos a sobrevivir y a desarrollar todo su potencial. En muchos contextos humanitarios se están observando peligrosos ciclos de violencia con más asiduidad, lo que pone en jaque la paz futura y la capacidad de los niños, niñas y adolescentes del futuro de sobrevivir y prosperar.

Con este telón de fondo y en aras de responder a una creciente necesidad, la Alianza insta a la acción urgente y a invertir en tres áreas clave durante 2024:

1) Invertir en el Personal de Protección de la Niñez, un Activo Clave para Proteger a la Niñez Durante las Crisis:

Los factores de protección existentes en el ecosistema del menor se erosionan en tiempos de crisis, por lo que la niñez y la adolescencia corren riesgos de protección nuevos y mayores. El apoyo y los servicios de protección para salvar y preservar la vida deben ser ampliables y estar disponibles con el fin de asistir al creciente número de menores y familias damnificadas. La prestación de estos servicios y este apoyo requiere de un personal de protección de la niñez cualificado y dotado de recursos conformado por profesionales de entidades locales, nacionales, gubernamentales e internacionales, según proceda. Para lograr programas de protección de la niñez y la adolescencia de calidad, es esencial que en los emplazamientos humanitarios haya profesionales de la protección de la niñez suficientes con la formación y el apoyo necesarios.

2) Priorizar Evitar el Daño a la Vez Que se da Respuesta a las Necesidades Urgentes:

A pesar de que la mejor intervención posible seguirá siendo poner fin a la violencia y a las hostilidades y respetar los derechos de la ciudadanía y, en concreto, los de la niñez y la adolescencia, la prevención de los daños a su protección es posible incluso en contextos de crisis y conflicto. Los actores de los sectores humanitario y del desarrollo, tales como los gobiernos, pueden reducir la probabilidad de que se menoscabe la protección de la niñez y la adolescencia y de que se violen sus derechos abordando las causas subyacentes de esos daños. Si no actuamos hasta que un menor sufra maltrato o una violación de sus derechos, ya será demasiado tarde y el daño puede conllevar consecuencias irreparables. Asimismo, prevenir el daño a la niñez y la adolescencia antes de que lo sufran es la obligación moral de todos los profesionales del contexto humanitario, inclusive de los gobiernos y de quienes trabajan en la tríada de la acción humanitaria, el desarrollo y la paz. La prevención primaria también aumenta la rentabilidad y la sostenibilidad de las intervenciones humanitarias.

3) Únete a nosotros - Todos los actores del sistema humanitario tienen un papel que desempeñar en la protección de la infancia:

Todo el personal humanitario debe garantizar que la niñez y la adolescencia goce de sus derechos, incluyendo sus derechos a la protección. En un contexto de crisis humanitarias cada vez más complejas, multidimensionales, prolongadas, necesitadas y carentes de financiación, es más vital que nunca velar por que todos los profesionales a todos los niveles del sistema humanitario colaboren para abordar las necesidades integrales de protección y bienestar de la niñez y la adolescencia. Para ello, debemos colocar a la niñez y la adolescencia en el centro de todas las políticas y de la toma de decisiones en el seno de la arquitectura humanitaria.

Puede obtener más información y recomendaciones específicas sobre todas estas áreas de acción en el anexo técnico.

Estas áreas de inversión clave se describen en detalle en la estrategia 2021-2025 de la Alianza para la Protección de la Niñez y Adolescencia en la Acción Humanitaria, Un llamamiento: La centralidad de niños, niñas y adolescentes y su protección en la acción humanitaria y en Introduciendo el concepto de colocar la protección de la niñez y adolescencia en el centro de la acción humanitaria. También se incluyen en la política del Comité Permanente entre Organismos sobre protección en la acción humanitaria como un elemento central de toda acción humanitaria.

A pesar de que los profesionales de protección de la niñez cuentan con soluciones de base empírica, como herramientas, recursos y orientaciones para ayudar a la niñez y la adolescencia, sus cuidadores, sus comunidades y aunque otros operadores humanitarios los protegen y actúan ante la violencia, de nosotros depende poner fin al ciclo de violencia y adversidad que está dañando a la niñez y la adolescencia a gran escala. Con la vista puesta en 2024 y más allá, es imperativo que la protección de los derechos de la niñez y la adolescencia sea una prioridad antes, durante y después de los conflictos y las crisis.

Acerca del Panorama General y el Anexo Técnico: Este Panorama General y su Anexo Técnico han sido elaborados por la Alianza para la Protección de los Niños, Niñas y Adolescentes en acciones humanitarias. Nos gustaría dar las gracias a los siguientes miembros y socios de la Alianza por sus contribuciones expertas y su orientación: El Área de Responsabilidad Global de Protección de la Infancia, la Federación Internacional de la Cruz Roja, la Red Interinstitucional para la Educación en Situaciones de Emergencia, la Oficina del Representante Especial del Secretario General para los Niños en los Conflictos Armados, el Comité Internacional de Rescate, Street Niñez, Save the Niñezren, World Vision International y Watchlist. Los Focos Temáticos y las Áreas de Acción se identificaron a partir de consultas con equipos nacionales de organizaciones miembros de la Alianza y grupos de coordinación de la protección de la infancia en 13 contextos humanitarios.